domingo, 13 de marzo de 2011

Las consecuencias de antiguos dueños.



Hola gente, después de estar una larga temporada sin actualzar debido a que no tenía ordenador vuelvo con vosotros para hablaros de un tema que todo el mundo jamás tiene presente a la hora de tratar con un perro.

La semana pasada me llamaron de un caso extremo, se trataba de un perro que denominaron agresivo, que tenía que ir día y noche con bozal puesto, ya que, oportunidad que tenía lanzaba un gran mordisco al primero que se le pusiera por el camino, cuando fui a tratar el caso me econtré con multitud de problemas a la hora de enfrentarse al perro, empezando por el paseo, lo que yo pienso que es lo mas importante a la hora en la que dueño-perro establezcan sus papeles y sus liderazgos, la dueña no era consciente de cómo paseaba a su perro y en un claro ejemplo que le puse lo entendió a la perfección, en menos de quince minutos tenía controlado a su perro y a partir de ese momento fue cuando decidí ponerme manos a la obra con los problemas restantes que presentaba el perro. Ella me decía que el perro se volvía extremandamente loco cuando pasaba al lado de los coches enseguida comprobé que lo que el perro tenía era un pánico terrible a salir a la calle, a las personas a los demás perros y a todo lo desconocido, acerqué una cría de Américan bull terrier a el y entro en un estado de desesperación por salir de aquel lugar, al momento tomé las riendas del problema y sin moverme del lugar el perro empezó a tirar de la correa como si le fuera la vida en ello, sin dejar que escapara el perro empezó a chillar, jimotear y incluso a echar la boca, al medio minuto de quemar tanta energía en un afán de fuga cayó rendido al lado del perro y diez minutos después todo ese pánico que tenía al pobre cachorro fue desapareciendo paulatinamente.

El segundo problema que se me planteó fueron los coches, me habían contado que se volvía loco cuando pasaban por su lado, especialmente con un mercedes gris que estaba aparcado enfrente de su casa, la dueña me aseguró que se volvia loco cuando pasaban por al lado del coche, que saltaba a su lado que quería entrar dentro de el, después de practicar unos minutos cómo debía de llevar al perro con la correa entendió cuál era la forma correcta ya que anteriormete llevaba al perro muy tirante y la correo con tensión, en un primer intento pasé yo con el perro al lado del mercedes por miedo a cómo reaccionaría el perro y sin ningún problema el perro dio un buen rodeo al coche, en segundo lugar fue la dueña quien asombrada ante la reacción del perro dio otra vuelta alrededor del coche. Para acabar fuimos a su casa para observar cómo se comportaban con el allí observé varias cosas incorrectas la primera que el perro entraba de primero al hogar, lo segudo que el perro se hacía con el poder de la casa en cuanto timbraban a la puerta ladrando de una forma inapropiada, y lo tercero el miedo que tenía a las personas desconocidas ocultandose bajo la mesa, en primer lugar corregí el orden en el que debían de entrar a la casa, lo segundo que cuando el perro ladrara en la puerta sentarlo, acerlo callar y no abrir la puerta hasta que no estuviera completamente callado y tranquilo y asociara ese estado de ánimo con abrir la puerta, y en tercero les informé que no debían dejar que el perro se escondiera debajo de la mesa para no incrementar su inseguridad.

Al final de la cita la dueña me explicó que ese perro había venido de Andalucía y que ella creía que lo habían maltratado, a lo que le contesté que eso ya era imposible de saber pero que no afectaría para nada en la rehabilitación del perro, recordandole que los perros viven el momento.

Hasta pronto.

lunes, 24 de enero de 2011

El caso del pastor alemán

Hola gente, os traigo un caso con el que me ha encantado trabajar, de echo creo que ha sido con uno de los que más satisfecho he quedado, este es el caso de Zarpa una pastora alemana del refugio donde soy voluntario, la historia de esta perra comienza cuando la protectora la recoje abandonada en la calle y uno de los voluntarios se hace cargo de ella.Después de tenerla varios meses decide entrenarla  como perra policia y en uno de los cuarteles militares de aquí de Ferrol ( A Coruña ) empieza su entrenamiento, a los pocos meses del mismo el entrenador se da por vencido con la perra por su alto nivel de hiperactividad.

Fue entrenada hasta en agility con el fin de que la perra desahogara toda ese energía que tenía acumulada, pero el entrenador desistió. Vuelta al refugio y con el entrenamiento a la mitad la guardaron en una pista ballada bastante grande para que pudiera correr libremente, cada vez que alguien entraba dentro de la pista Zarpa con el alto nivel de energía que tenía corría y saltaba detrás de la gente, y de vez en cuando soltaba un mordisquito ya que no sabía como liberar esa frustración que acumulaba de estar allí dentro, ése fue mi aliado a la hora de poder trabajar con la perra que se obsesionara con cualquier cosa.

Cojí un palo para ver la reación de la perra y ésta se puso a saltar para cojerlo y yo ahí ya vi que en ese terreno la tenía ganada, cuando la perra saltaba para cojer el palo yo se lo apartaba dando vueltas alrededor de mi mismo, con el fin de cansar a la perra. Cuando llevaba cinco minutos haciendo esto me di cuenta que la perra se fijaba más en mi brazo que en el palo, en ese momento me alarmé y me pregunté cuál sería la razón de eso, pensando caí en la conclusión de que pudiera ser debido al entrenamiento que tuvo en el cuartel militar ya que fue entrenada para que mordiera el brazalete, este típico brazalete acolchado que usa la policía para entrenar a sus perros.

Si quería que la perra dejara de obcecarse en mi brazo tendría que correjirla sin más, cuando fijaba los ojos en mi brazo le daba un pequeño toque para desviarla de eso y a los cinco minutos Zarpa se fijaba sólo en jugar con el palo, ya no le importaba ni lo más mínimo mi brazo.

Cuando llevaba cuarenta minutos jugando vi el momento para empezar a correr con el palo y que ella lo persiguiera, hice esto hasta completar la hora y cuarto que fue el tiempo en el que la perra quedó completamente agotada, había liberado toda esa frustración que tenía acumulada de estar aquellos siete meses encerrada en aquella pista, ahí vi que tendría la oportunidad de hacer lo que quisiera con ella, cuando una perra está fisicamente y mentalmente cansada es mucho más facil de trabajar con ella.

Con el collar Ilusión en la mano y un bozal ( ya que siempre puedo saber como reacionaré yo pero no la perra ) saqué a Zarpa de aquel lugar en el que llevaba recluida más de medio año y fui a dar un paseo por el centro, me atreví a ir por la calle más transitada de todo Ferrol y lo que sospechaba se hizo realidad, Zarpa fue una perra ejemplar durante todo el paseo, ya se le había olvidado eso de ir de aquí a allá dando saltos y mordiscos a cada persona que veía fue la perra que tenía que haber sido tanto como sumisa como obediente, de vuelta al refugio le quité el bozal y el mismo comportamiento relajado y tranquilo volvio a repetirse, estuve cerca de la hora y media paseando con ella ya que cuanto más tiempo pasaba más me gustaba el comportamiento que iba adquiriendo, de vuelta al refugio la meti en la pista y quedo descansando de su largo día de trabajo.

Aquí un video de Zarpa cuando recien la habia sacado de la perrera.